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viernes, 14 de marzo de 2014

El resurgir de un muerto

Seguramente si hubiéramos hecho una encuesta sobre el Betis hace unas semanas, cualquiera nos hubiese contestado con alguna opinión negativa. Seguramente si la encuesta se realizara ahora, muchos opinarían de una forma mucho más diferente. Y es que en el Betis la situación ha cambiado y se ha pasado de un descenso inevitable a un ¡Sí se puede!, grito de guerra de los aficionados béticos en estos momentos. Uno de los máximos culpables de este vuelco es Calderón, entrenador verdiblanco que cogió las riendas del equipo hace ya unas semanas.

El toque argentino que le ha dado Gabriel H. al Betis ha sido vital. Ha conjurado a un vestuario que parece que ahora van todos a una, les ha hecho creer que es posible lograr la hazaña y le ha añadido casta a un equipo al que se le veía muy "espeso".

Rubén Castro y Leo Baptistao son otra de las claves de este "nuevo" Betis. El canario estuvo desaparecido
durante la primera vuelta debido a una lesión y ahora ha encontrado al fin su mejor forma física y ha vuelto a hacer lo que más le gusta: marcar goles. El brasileño vino cedido del Atlético de Madrid en busca de minutos y los está disfrutando. Su aportación ofensiva es brutal y junto con Castro forman una pareja muy peligrosa. Adán es otra clave. Andersen demostraba día a día lo mal portero que era (y es) y en Adán el conjunto verdiblanco ha encontrado un seguro de vida bajo las palos, como demostrara hace dos días ante el Sevilla en UEFA.

El final de temporada se acerca y no solo por arriba la cosa está calentita. El descenso está muy reñido y cualquiera equipo de mitad de tabla hacía abajo podría terminar jugando la temporada próxima en segunda división. El Betis quiere agarrarse a la esperanza y va a luchar hasta el final. Quedan once finales y está a ocho puntos de salir.

Señores y señoras, no den nunca a nadie por muerto,y, sobretodo, que pase lo que pase el mayor beneficiado sea el fútbol. Amén.

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